Una reciente investigación de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) ha revelado que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ejerce control sobre minas en el estado de Querétaro para la extracción ilegal de mercurio. Este material, altamente tóxico, es posteriormente traficado a países como Bolivia, Perú y Colombia, en una operación que contraviene el Convenio de Minamata sobre el mercurio, un tratado internacional destinado a proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos de este elemento.
La presunta red de tráfico, que habría comenzado sus operaciones en abril de 2019, ha generado ganancias estimadas en ocho mil millones de dólares, según los hallazgos de la EIA. La agencia subraya la peligrosidad del mercurio, catalogado como una de las diez sustancias más letales a nivel global; una vez extraído y refinado, su destrucción es virtualmente imposible, lo que representa un grave impacto para la vida humana y el ecosistema.
Los investigadores de la EIA detallan que la operación minera en Querétaro se encuentra bajo el control de sujetos armados, evidenciando la implicación directa de la organización criminal. Además, la investigación señala a un ciudadano mexicano, Juan José Zamorano Dávila, como el presunto líder de esta vasta red de contrabando, con una trayectoria de más de una década en el negocio del tráfico de mercurio.
El documento de la EIA describe un sofisticado método de ocultamiento empleado para evadir las restricciones de importación en los países receptores. El mercurio líquido es disimulado dentro de sacos de grava, permitiendo que sea declarado como material de construcción y así eludir los controles aduaneros y sanitarios.