La presidenta mexicana impulsa una reforma para blindar la soberanía mediática del país tras la transmisión de un anuncio estadounidense contra migrantes en televisión nacional.
En un gesto firme en defensa de la soberanía nacional y la dignidad de los migrantes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció este lunes que enviará al Congreso una propuesta de reforma para prohibir la difusión de propaganda pagada por gobiernos extranjeros en medios de comunicación mexicanos. El anuncio responde a la reciente circulación, en televisión abierta y durante partidos de fútbol, de un spot de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, con un mensaje abiertamente antiinmigrante y respaldado por el expresidente Donald Trump.
“El día de hoy o mañana serán enviadas al Congreso para que ningún gobierno extranjero ni ninguna entidad de ningún gobierno extranjero pueda pagar (…) para poder difundir estos anuncios que tienen un mensaje discriminatorio”, declaró Sheinbaum durante su conferencia matutina.
El anuncio estadounidense, cuya transmisión ha generado una ola de críticas en redes sociales y entre organizaciones defensoras de derechos humanos, muestra a Noem dirigiéndose a cámara para lanzar una advertencia: “Si vienen a nuestro país e infringen nuestras leyes, los perseguiremos. Los delincuentes no son bienvenidos en Estados Unidos”. La funcionaria norteamericana cierra con un mensaje que, según Sheinbaum, “criminaliza la migración” y “atenta contra la dignidad humana”.
Una frontera invisible en la televisión mexicana
La decisión del Gobierno mexicano no solo responde al contenido del mensaje, sino también a la forma en que este llegó al público: mediante la compra de espacios publicitarios en medios mexicanos, durante horarios de alta audiencia y eventos deportivos. Para Sheinbaum, permitir este tipo de prácticas es abrir la puerta a la injerencia política disfrazada de campañas informativas.
Por ello, la iniciativa busca revivir una disposición de la Ley Federal de Telecomunicaciones derogada en 2014, la cual prohibía expresamente que concesionarios y permisionarios de radio y televisión transmitieran mensajes ideológicos, políticos o comerciales de gobiernos extranjeros.
“Los concesionarios y permisionarios no podrán transmitir propaganda política, ideológica, o comercial de gobiernos o entidades extranjeras ni permitir que sus plataformas sean utilizadas para fines que pueden influir en los asuntos internos del país”, señala el borrador de la iniciativa.
CONAPRED se pronuncia: “Discriminatorio y peligroso”
A la par de la reforma legislativa, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) emitió una carta dirigida a los medios de comunicación mexicanos solicitando el retiro inmediato del spot de Noem. En el documento, el organismo advierte que el mensaje “contiene un contenido discriminatorio, atenta contra la dignidad humana y puede fomentar actos de rechazo o violencia hacia migrantes”.
La postura del gobierno federal, articulada entre la presidencia, la Secretaría de Gobernación y organismos autónomos, evidencia un rechazo claro a los intentos de instrumentalizar la migración como tema electoral o de presión internacional.
La presión de Trump y un mensaje firme desde México
La transmisión del anuncio ocurre en un contexto de creciente presión de Donald Trump para que México intensifique sus acciones contra la migración y el tráfico de drogas, una narrativa recurrente en su campaña para volver a la presidencia de Estados Unidos. La visita de Noem a México el pasado 28 de marzo, y ahora este spot, reflejan una estrategia pasivo-agresiva del trumpismo: empujar su agenda más allá de sus fronteras sin romper formalmente las reglas diplomáticas.
Sin embargo, la respuesta de Claudia Sheinbaum marca un precedente: México no está dispuesto a permitir que se usen sus plataformas informativas para difundir discursos de odio o propaganda extranjera que incida en su agenda interna.
Un parteaguas en la política mediática nacional
Con esta reforma, México se convierte en uno de los primeros países del continente en plantear un blindaje legal contra la injerencia publicitaria extranjera. Si bien aún falta ver cómo reaccionará el Congreso y los grupos mediáticos ante esta propuesta, el mensaje político es claro: la soberanía no solo se defiende en las fronteras físicas, también en las narrativas que circulan por las pantallas del país.
Sheinbaum ha decidido trazar una línea firme en un momento en el que la propaganda se convierte, cada vez más, en una herramienta de influencia geopolítica. Y al hacerlo, también pone sobre la mesa una pregunta necesaria: ¿quién controla realmente los mensajes que vemos y escuchamos?
